Soy Mireia, la persona detrás de ALGRANO BAKES (aunque a menudo también soy la que prueba recetas, prepara pedidos, empaqueta, hace los números y contesta los emails... ya sabes, cosas del emprendimiento artesanal).

Aunque de profesión soy abogada, lo mío con la cocina siempre ha sido algo más que un hobby: una forma de cuidarme, de expresarme y de compartir. Durante años compaginé mi trabajo con mis tuppers saludables (tan coloridos que mis compañeros les hacían fotos para inspirarse).

La idea de ALGRANO BAKES surgió casi por necesidad. A mi madre —igual que a mí— le diagnosticaron sensibilidad al gluten, y juntas empezamos la odisea de buscar productos sin gluten que no supieran... bueno, a cartón. Spoiler: no tuvimos suerte. Y como también sigo una alimentación antiinflamatoria por temas digestivos (¡hola bacterias!), encontrar opciones que encajaran en todos esos requisitos era un pequeño milagro.

Así que decidí hacerlo yo. Empezamos en casa, probando recetas, ajustando texturas, y devolviéndole el alma a panes, crackers y dulces que no tenían nada que envidiarle a los “normales”.

Lo que empezó como un experimento se convirtió en una marca que defiende una forma de alimentarse sencilla, nutritiva y sin artificios. Desde ahí nace la misión de ALGRANO BAKES: acompañar una alimentación consciente y deliciosa, con productos de panadería artesanales, sin gluten, sin líos y sin cosas raras.